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martes, 3 de marzo de 2009

MC5, protopunk desde Motor City

Se me ocurre que como soy, probablemente, el más joven de entre los yoyanrolleros -de entre los que han mostrado su interés en parir un post, al menos-, tendría gracia que fuese el que se remonta más atrás en el tiempo a la hora de elegir un grupo. También he pensado que, si debutaba adentrándome en las pantanosas aguas del noise o en el frenético sonido del psychobilly ochentero de buenas a primeras, me jugaba un ban.

1968, Detroit. Mientras Confi luchaba contra la alopecia, seguramente luciendo un estupendo comb-over, los MC5, ídolos de la juventuz michiganense (?) de la época incluso antes de publicar su debut, sentaban las bases de lo que varios años más tarde se conocería como punk (y que Iggy me perdone), y es que el sonido de estos muchachos se alejaba considerablemente de lo que se suele llamar "dad's rock", ese tan característico de finales de los 60 y principios de los 70. Pese a clavar el retrato robot - eran "revolucionarios" de extrema izquierda y ávidos consumidores de LSD y porretes - su sonido tenía algo de lo que otros carecían: una energía brutal.

Como esa fuerza se apreciaba mucho mejor en directo que en un estudio de grabación, su discográfica, Elektra, decidió grabar uno de los conciertos de la banda y convertirlo en su disco de debut, titulado Kick Out The Jams (1969). Acojonante, señores. Este disco está, sin duda, entre mis 5 lives favoritos. Aunque no conocieseis a los MC5, es muy posible que hayáis escuchado alguna versión del conocidísimo tema que da nombre al disco (la de RATM, o la de los Presidents of the USA, o... ). Rama Lama Fa Fa Fa y Borderline son un, asimismo, un par de temazos que soy incapaz de dejar de escuchar.




La verdad es que, tras ese colosal debut, el globo se deshinchó rápidamente. Dos años y pico y dos discos más tarde la banda se separó, y pocos fans quedaban que lamentasen su ruptura. El segundo disco de los de Detroit, Back in the USA (1970), tuvo un recibimiento bastante frío de crítica y público. Normal: el sonido de éste es mucho más convencional, más pulido, quizá demasiado. Sigue siendo un muy buen disco, ojo, pero a los fans se ve que no les hizo ninguna gracia que Jon Landau, el productor, amansase a la fiera. Este Jon Landau es o era coleguilla de Springsteen y predijo que el 'Blood on the Tracks' de Dylan caería en el olvido. Un impresentable.

Atención a la actitud campnouesca del respetable:


High Time (1971), el tercer y último álbum, fue un absoluto fracaso de ventas. Esto, junto con los problemas de pasta que tenían y los dolores de cabeza que les traía los atracones de heroína que se pegaban y tal, acabó con la banda. Una pena, porque los chicos habían conseguido hacer callar a quien los daba por acabados demostrando que podían volver al sonido de sus inicios. 'High Time' captura a la perfección esa intensidad que los había hecho especiales. No tan bueno como 'Kick Out The Jams' pero ahí cerca anda. Imprescindible.

Nota: podéis bajaros cada uno de los discos clickando en el nombre.

Gallina de piel: ponerse su primer disco a toda hostia en la minicadena y poder gritar ese "kick out the jams, motherfuckers" a pleno pulmón.
Hay que seguir trafajando: el lamentable aspecto de Rob Tyner, el vocalista. Sin duda, uno de los lead singers más feos que uno recuerde (véase vídeo).